MEDICINA TV

4 diciembre 2015

 

La dismorfofobia, la percepción distorsionada de una parte del cuerpo

 

La obsesión por la belleza puede llevarnos a padecer dismorfofobia, una patología que hace que percibamos parte de nuestro cuerpo de forma distorsionada.

 

La cirugía estética nació con una premisa fundamental que es solucionar aquellas partes del cuerpo que provocan malestar al paciente, pero siempre teniendo en cuenta dos conceptos básicos que son equilibrio y armonía. Los cirujanos plásticos hacen frente  en sus consultas a distintos tipos de pacientes, algunos no son conscientes de que lo que desean rompe por completo con esa premisa de conseguir un resultado equilibrado y armónico.

 

Tres tipos de pacientes

Existe un tipo de paciente que es equilibrado, sensato… que ves que entiende perfectamente cuáles son las expectativas que pueden conseguirse con determinadas intervenciones quirúrgicas pero que tiene un defecto que le provoca ansiedad y que le hace sentir incómodo. En este caso la cirugía le va a aliviar y mejorará su calidad de vida.

 

Otro tipo de paciente es aquel que se quiere operar por dramas personales y piensa que solucionando un defecto todos sus dramas personales se van a solucionar. En estos casos como la indicación quirúrgica no es del cuerpo si no de la cabeza el éxito no se va a poder conseguir nunca. Son pacientes descontentos porque como su drama no se ha solucionado para ellos esto significa que el trabajo del cirujano no ha estado bien hecho.

 

El tercer tipo de paciente es muy importante saber detectarlo y diagnosticarlo, tienen su autoestima por los suelos, suele estar obsesionado por un determinado defecto que suele ser mínimo o que incluso puede no existir y que le provoca tal obsesión dedica la mayor parte de su tiempo a recorrer consultas de cirujanos plásticos buscando una solución. Ante un paciente así un cirujano debe reaccionar diciendo que la indicación quirúrgica no existe, no debería operarle. “Si se te cuele este tipo de paciente y lo operaras estás condenado a cirugías de repetición porque todo le va a parecer insuficiente y nunca vas a tener un paciente contento”, señala el especialista Moisés Martín Anaya.

 

El paciente con dismorfofobia

Este tercer tipo de pacientes está diagnosticado bajo una patología que se conoce como dismorfofobia. Esta puede ser corporal o facial y se trata de personas que ven una imagen distorsionada de su realidad. Un ejemplo de esto se pudo ver en el que fue conocido como el “Ken humano”, un modelo brasileño que vivió un trágico final por otros problemas de salud y que su única obsesión era parecerse al novio de una de las muñeca más famosas del mundo, la Barby.

 

El problema de la dismorfofobia afecta al 1 o 2% de la población mundial pero en países como España esta patología es más frecuente de lo que parece. Lo que un cirujano debe ofrecerle a este tipo de pacientes es un tratamiento multidisciplinar con supervisión psicológica para poder ayudarle a resolver su problema sin cirugía.